ARTÍCULOS Y CONFERENCIAS
Pbro. Gustavo E. PODESTÁ
S. TH. D., Prof. Ordinario de la Facultad de Teología de la UCA. Buenos Aires.

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MÁS SOBRE EL ESTATUTO ONTÓLÓGICO DEL EMBRIÓN

Introducción

           Frente a la mentalidad antinaturalista postmoderna con sus derivaciones abortistas, varios sector4es del pensamiento católico han fundado la defensa del nascituro en su condición de "persona humana". Sin embargo, y a pesar de que el aborto no puede ser catalogado sino como crimen abominable, el Magisterio de la Iglesia se ha guardado bien de definir tal condición respecto del embrión.

            Eso deja un margen de libertad al  teólogo para la investigación acerca del estatuto (teológico, desde luego) del embrión, la cual, a fuer de ser científica, no puede soslayar los datos que aportan las neurociencias, la genética, la embriología.

            El objeto de este trabajo será pues confrontar algunos de aquellos datos con el pensamiento del Aquinate quien, no obstante manejarse con los rudimentos científicos de su época, resulta sorprendentemente actual.

1. - Precisiones 'informáticas' de la fisiología contemporánea en lenguaje sencillo

1.1- Los descubrimientos de la ciencia moderna en embriología parecen postular, al pensar de algunos teólogos y filósofos contemporáneos, [1] la existencia de una forma substancial ya humana desde el instante mismo de la concepción, e. d. desde el preciso momento -no tan preciso- en que los gametos masculino y femenino unen sus mensajes genéticos y forman un único cigoto dotado, en sus cromosomas, de las cadenas de ADN definitivas que, no solo presidirán el formarse del fenotipo adulto, sino que permanecerán como su código individualísimo e irrepetible, salvo por gemelización o clonación, en cada una de las células del organismo resultante.

Muchos pensadores, impulsados más por intereses morales que por rigor antropológico, quieren sostener, pues, que, en ese embrión, se encuentra ya la forma substancial específica o 'alma' de los antiguos. Como si el genoma, la 'información' necesaria para autoengendrar al individuo adulto, fuera ya la forma substancial del individuo de la especie. [2] Traducido al lenguaje medieval, a esta entidad solo le faltaría que la vis aumentativa, con la materia en bruto de la alimentación, fuera edificando al ente específico en un crecimiento puramente accidental, casi meramente cuantitativo, ya substancialmente inmutable. Habría una implícita confusión entre el genoma y el alma.

La teoría de Santo Tomás de la animación sucesiva del ser humano, habría sido dejada de lado por esta nueva visión científica que avalaría la tesis de la información ab initio de la materia por el alma racional, inmortal, extendiendo a todos los embriones un proceso que Santo Tomás postulaba -a modo de milagro- para la encarnación del Verbo, ya que hubiera sido para Éste desdoroso el que se encarnara en un alma vegetal. [3]

1.2- De tal modo que, siendo coherente con sus principios, esta postura solicita la existencia de un alma inmortal -no 'destinada a la inmortalidad', sino ya inmortal- una hipóstasis racional, una persona, en todos los embriones humanos, viables, no viables, implantados, no implantados, abortados, no abortados, fijados a la pared del útero, no fijados, que se hayan producido y se produzcan en la historia natural de la especie humana, desde el momento en que aparece una célula germinal con 46 cromosomas de homo sapiens.

Así, esta postura obliga a interesarse también teológicamente por el destino trascendente de los embriones fallidos, tanto por los abortos provocados como por la infinidad de los expulsados antes de su implantación en el útero, los abortados espontáneamente, los innúmeros fetos fallecidos, todo en cifras que, en la historia de la humanidad, algunos afirman han superado la de los cigotos que llegaron a estado viable y, mucho más, adulto. Los que se dedican a especular sobre ello, sin gran fundamento, apelan, para estos seres, a un sistema redentivo extraordinario, ignorado por la revelación explícita. Dios ofrecería a las almas necesariamente inmortales de los embriones y fetos fallecidos, oportunidades extraterrenas en el momento de separarse de su endeble sustrato corporal, o las haría vagar, milagrosamente provistas de un cuerpo adulto, falto de oportunidades mejores, perennemente en el limbo. O, por la fe de la Iglesia o, incluso, la implícita de los padres, Dios daría la vida eterna a todos ellos, sin el fatigoso trámite de esta peregrinación terrena, en la cual siempre es posible desviarse a la condenación mediante el pecado mortal. [4] Así resultaría que el Dios de la historia, el Dios de la encarnación, actuaría en estas almitas inmortales fuera de la historia, casi fuera de la encarnación. Curiosamente estas posturas terminan haciendo irrisorio el crimen del aborto. Porque parecería que es más fácil alcanzar el motivo último de la vida humana, su final dignidad -la salvación eterna- en palabras del Catecismo de la Iglesia Católica, [5] siendo abortados, que enfrentando la existencia adulta. No se percibe que, precisamente, lo abominable del crimen del aborto podría ser, si la animación racional no se da desde el momento de la concepción, el que se corte desde el vamos, arbitrariamente, la posibilidad de una existencia para la Vida eterna.

1.3- Pero ni siquiera la ciencia parece avalar semejantes asertos. Han quedado superados desde que, en 1967, Sir John Gordon, de la Universidad de Cambridge, extrajo el núcleo de una célula de intestino de rana, la puso en un huevo y clonó otra rana, demostrando la así denominada "consistencia genómica", e. d. que cualquier célula del cuerpo tiene toda la información genética suficiente para formar un individuo. Lo cual, es obvio, de ninguna manera quiere decir que cada célula somática del ser humano, aunque en potencia pueda serlo, es un individuo humano y, menos aún, una persona, por más que, al parecer, Severino Antinori y la secta de los 'raelianos' sean capaces de producir personas a partir de ellas.

Solo una interpretación dualista de los datos de la ciencia puede avalar semejantes conclusiones.

Porque resulta que el cigoto humano, con su carga de cromosomas completa, aún teniendo en cuenta la información suplementaria aportada por los ribosomas del citoplasma del gameto femenino, de ninguna manera es ya un hombre, sino un "armador" o fabricante o artífice de un hombre. [6] Dicho armador tiene sólo la información suficiente para ensamblar piezas que, una vez organizadas, poseerán en conjunto, holísticamente, mucho mayor información que las inicialmente contenidas en el ADN del núcleo embrional primitivo, el cual, mediante el ARN, va presidiendo la formación (¿y sistematización orgánica?) de las proteínas, que son las que montan la verdadera estructura del cuerpo. Si ens et verum convertuntur, no es ajeno a la cuestión que estamos tratando afirmar que, desde el punto de vista informático, el verum somático es enormemente más rico que el genético. [7]

Es verdad que a simple vista pareciera que este armador inconsciente, automático, va organizando al organismo desde adentro, y él mismo es el que se va transformando. Es un 'autoarmador'. Pero, a nivel celular y molecular, es difícil distinguir el afuera y el adentro, la iuxtapositio y la intussusceptio. [8] Por ello, mutatis mutandis, viene al caso la comparación entre lo que sabe el técnico armador de televisores, y la ciencia del ingeniero y los científicos que diseñaron la totalidad del aparato y conocen los secretos físicos de su funcionamiento. Los conocimientos del armador son inconmensurablemente menores que el saber que preside el ser y funcionar del televisor.

Se podría insistir, empero, que se trata de una evolución o despliegue de fuerzas puramente interiores, mientras que el técnico armador conjuga sus elementos desde fuera. No es así: las piezas con las cuales se van construyendo las proteínas y otros elementos que constituirán el soma se toman del exterior, del cuerpo de la madre, a su vez alimentada desde fuera. Transformadas o no, prebióticas o bióticas, estas moléculas se van encajando harmónicamente en el todo, que así va creciendo, no solo en cantidad sino en entidad. Entidad complejísima, enmarañadísimo "mixto", en terminología tomista, hormiguero de células asociadas entre sí en una unidad biológica superior. Lo que engaña al pensador tradicional es una falsa óptica dualista que aún permanece en los mejores tomistas. Como si el armador genético tomara de fuera pura materia desinformada y la amasara en su propia forma para integrarla a su unidad. [9] La verdad es que esa materia totalmente en bruto no existe ni en la realidad ni en buen tomismo, que solo conoce en ese sentido la 'materia prima', coprincipio inexistente independientemente de su forma.

1.4 El más sencillo de los átomos es una entidad informada, inteligible, matemáticamente proyectada, que, para formar moléculas y macro moléculas, ha de hacerlo siguiendo determinadas reglas combinatorias que hacen que de ninguna manera sea aleatorio el que se combine con éste o aquel elemento. Las combinaciones posibles ya están prefiguradas en la estructura misma del átomo según el principio de exclusión de Paulí. Lo mismo la correspondencia entre las distintas combinaciones del vocabulario básico del ADN y sus respectivas proteínas. El armador del aparato de televisión no monta granos de polvo, sino circuitos, transistores, tubos catódicos. Y, a nivel de la materia orgánica, la formulación inteligible, la 'información', que articula la química biológica es enormemente más compleja que la de la tabla periódica de los elementos de la química inorgánica.

De ninguna manera el ADN, -ni el embrión ni el organismo adulto- es capaz de presidir la estructuración de cualquier tipo de materia. Los seres vivos han de integrar a su soma, para crecer y luego sobrevivir, no solo elementos simples -no tan simples-, sino moléculas altamente complejas -proteínas, vitaminas, hidratos de carbono...- muchas de las cuales el mismo organismo es incapaz de sintetizar.

Es importante darse cuenta de que esta complejidad y sofisticación de las piezas que ha de armar o asimilar el embrión no es sólo una complejidad de orden material, sino formal, inteligible, del orden del verum: un aumento de 'información'. Es decir, la materia que el embrión transforma, asimila, arma, integra, unifica, no es materia bruta; ella misma viene cargada de información -en el sentido tomista pero también informático de la palabra- que se añade a la que originalmente poseían los 46 cromosomas. Cuando se organiza el cerebro de una liebre, aún antes de aprender nada, hay en ese cerebro muchos más bytes de información que los que tenía el núcleo de su célula embrionaria original. Y no solo por la sumatoria de la información de cada partícula proteica o mineral, sino por la que se va construyendo holísticamente con esas piezas. Del todo va surgiendo mayor información que la de la mera suma de las partes. [10] Como si éstas se integraran a un diseño previo, excogitado por una mente que ha previsto que, de la conexión de esas partes, surgiera el ente resultante.

Con piezas sofisticadas del entorno alimenticio -vehículos no sólo de "material" sino de mayor "información"- el embrión termina por armar una pieza orgánica con mucha mayor información, capacidad de procesos vitales, etc. que la que éste poseía inicialmente en orden a armar ese organismo. Volviendo a nuestro ejemplo, las instrucciones que tiene un técnico de radio para montar -a partir de válvulas, circuitos integrados, transistores, cables, parlantes, etc.- un receptor son mucho menores que las que el aparato terminado posee en sí mismo y que, en todo caso, debe referirse a la información del cerebro del ingeniero que la diseñó e inventó.

Tan es así, que, según el tipo de material que organice el mensaje del código genético, se producen diferencias fundamentales en el fenotipo resultante. Un mismo material genético puede, por diversa alimentación, producir un adulto esmirriado o potente, e incluso, en el hombre -en el plano de sus facultades espirituales- inteligente u obtuso. Todos conocen los problemas de desarrollo mental que las carencias alimenticias producen en estratos postergados de la sociedad. Aún dos gemelos univitelinos -genéticamente más parecidos entre sí de lo que podrían ser los clones, cuyos núcleos se implantan en distintos citoplasmas- dados a luz por una misma madre, son dos organismos distintos, cada uno con personalísimo y único psiquismo, en los cuales podemos hallar múltiples diferencias. ¿Qué hubiera sido de ellos de haber sido implantados sus respectivos cigotos en distintas madres?

1.5- Está el armador, están las piezas desarmadas de la radio. ¿Cuándo se puede decir: ya aquí tenemos la radio? No parecería difícil determinar el momento: cuando están armadas las piezas suficientes para hacerla funcionar, aunque no está todavía armado el chasis o su caja, ni las lucecitas, ni los controles, aunque no esté aún enchufada o no tenga enchufe, aunque solo esté armada la onda corta, aunque... O, quizá, al fin y al cabo, no sea tan sencillo afirmar, "aquí ya tenemos una radio".

Pero una radio es un ente artificial relativamente sencillo comparado a la complejidad extraordinaria de cualquier organismo viviente, ente natural con su substancial unidad y su continuidad biológica desde el momento mismo de la formación del cigoto. ¿En qué estadio de la evolución del embrión del conejo, de integración holística de sus 'piezas', de su 'emergencia' podemos decir ¡he aquí un conejo!? [11]

Pero, a medida que avanzamos en la sofisticación de orden animal los problemas se multiplican, porque -en determinado estadio de su crecimiento- el desarrollo de partes vitales de éstos comienza no sólo a depender de las piezas alimenticias que consigue de su entorno, sino también de determinados estímulos de su medio. El desarrollo, por ejemplo, de sus órganos sensores es dependiente de su relación con el hábitat. Para organizar sensiblemente su espacio, el cachorro ha de moverse, experimentar, jugar y así, poco a poco, "asociar" las señales acústicas, lumínicas, estereoscópicas, táctiles, a la realidad de su mundo circundante. Y esto no solo es información que se va acumulando en sus neuronas, sino que desarrolla material, orgánicamente, sus distintos centros perceptivos. Luego, un cachorro cegado de nacimiento tendrá (cerebralmente) menos 'voluminosos' sus centros visivos cerebrales, en cambio, quizá, desarrolle orgánicamente otros centros sensores supletorios [12] .

Es decir que la información que le viene del entorno -no sólo en forma de alimentación- también contribuye, en menor o mayor medida, al desarrollo de su ser -no nos interesa en este momento si accidental o substancial-. [13]

1.6- El caso del ser humano es especialmente problemático. Porque ocurre que el hombre no se define exclusivamente por sus características fenotípicas -somáticas, en un sentido grosero de la palabra-, sino por su diferencia específica, aquello que lo hace humano, la racionalidad.

Ahora bien, esta racionalidad, en el ser humano, amén de no ser educida de por sí de la potencialidad de la materia -al menos de la materia entendida como se entiende en la tradición filosófica-, [14] depende esencialmente, en su actuación, de los estímulos informáticos que le vienen del exterior, sobre todo los plasmados en lenguaje, no sólo de la mera organización somática de su neocortex presidida por su genotipo. [15] Pero, explicitar este tema nos llevaría demasiado lejos, amén de que estrictamente, en recto tomismo, estaríamos en el plano accidental del desarrollo de la 'personalidad' y no de la constitución metafísica de la 'persona'. [16]

2. Posición de Santo Tomás

2.1- La antropología filosófica y teológica debería utilizar mejor las viejas posiciones tomistas respecto del papel del semen. Hay que tener en cuenta que, por ignorancia, toda la antigüedad entendía al 'semen' masculino como si fuera eso: semilla. [17] A la manera de la semilla de las plantas, el semen paterno se implantaba en la grositas o corpulentia material de la mujer, pensada a imagen de la tierra. [18] Esta terrible confusión, que viene desde las más lejanas épocas de las cuales quede registro del pensamiento humano, ha tenido incalculables consecuencias en la desconsideración de la mujer. Sólo la biología contemporánea ha descubierto que la mujer aporta tanta 'semilla', 'información', en sus gametos haploides -en sus óvulos- como el varón en los suyos.

Es sabido que en las plantas, la semilla vegetal -a imagen de la cual toda la antigüedad entendió el semen- es ya un embrión completo, formado por la conjunción de los gametos masculino y femenino.

Por eso, para entender el estatuto del cigoto, en su biología primitiva, no hay que referirse exclusivamente a lo que Tomás dice del embrión, sino a lo que afirma respecto al semen (y al esperma, y a la semilla vegetal, y al huevo). Consideración en la que, parece, nadie se ha detenido.

2.2- Pues bien, digámoslo desde ahora: Santo Tomás niega explícitamente que este semen o embrión tenga alma humana:

   "La semilla ... que carece de alma, pero está en potencia a ella ... (no) posee la especie del cuerpo humano". [19]

   "No hay alma en la semilla, sino una cierta virtud del alma, que actúa para producir el alma y deriva del alma". [20]

Solo posee una "virtud que actúa hacia el alma". [21]

Más aún, ST refuta expresamente que el cigoto sea un pequeño animal en acto:

   "Como si la semilla fuera ya como un pequeño animal en acto, y la generación de un animal por otro no fuese sino por división, como se produce el lodo del lodo y como sucede en los animales que viven una vez fraccionados. Lo cual es inadmisible. Solo queda afirmar que la semilla no es seccionada de lo que era en acto un todo, sino que es un todo en potencia, es decir, con virtud para la producción de todo el cuerpo, derivada esta virtud del alma del que engendra, como ya se ha dicho más arriba." [22]

El semen está sólo en potencia hacia la vida. Únicamente por la animación llega a ser viviente en acto.

   "Primero fue el semen, que es vivo en potencia, que el alma, que es la actualidad (o el acto) de la vida." [23] "El vivir corresponde al ser viviente: la semilla, antes de la animación es viviente solo en potencia; por el alma, sin embargo, llegará a ser viviente en acto."» [24] "La semilla [...] en potencia al alma, [...] carece de alma." [25] "No hay alma en la semilla, sino una cierta virtud del alma, que actúa en orden a la producción del alma y derivada del alma." [26]

Son los progenitores -hoy lo sabemos: padre y madre, no solamente padre- quienes prestan al cigoto su virtud generativa:

   "La generación proviene de la substancia que genera en los animales y las plantas, en cuanto la semilla posee la virtud de la forma generante y en cuanto está en potencia a su substancia." [27]

Y el que el embrión no tenga ab initio la perfección del alma adulta proviene de que el hilemorfismo tomista es demasiado consecuente y poco dualista para permitirse semejante afirmación:

   "Tampoco se pude decir que en la semilla, desde el comienzo, exista el alma según su esencia completa, cuyas operaciones, empero, no se darían por defecto de los órganos. Puesto que como el alma se une al cuerpo a modo de forma, no se une sino al cuerpo del cual es propiamente acto. Pero el alma es acto del cuerpo organizado. Por lo tanto antes de la organización del cuerpo el alma no está en la semilla en acto, sino solo en potencia o en virtud." [28]

Léase también:

   "como sea el alma intelectual la más perfecta de las almas y de máxima virtud, su propio perfectible es el cuerpo habente gran diversidad orgánica, por medio de la cual pueda efectuar la multitud propia de sus operaciones. De donde no puede ser que esté en acto en la semilla arrojada." [29]

2.3- Por ello, en la medida en que, según los fisiólogos, la embriogénesis repite de algún modo la filogénesis, puede admitirse lo afirmado por ST respecto a la animación progresiva de todo ser animal y especialmente, dada su alma intelectiva directamente creada por Dios, del ser humano.

   "Según afirma el Filósofo, en su libro 'de Generat. animal', en la generación del hombre se requiere que haya un paso de lo previo a lo posterior: primero es el viviente, luego, el animal y finalmente el hombre." [30]

   "Puesto que sucesivamente el cuerpo va siendo formado y disponiéndose al alma: de donde primero, como imperfectamente dispuesto, recibe un alma imperfecta; y luego, cuando está dispuesto perfectamente, recibe el alma perfecta." [31]

A la virtud de la semilla, inmediatamente (mox) sucede la potencia del alma vegetativa: ésta, mediante la vis nutritiva y aumentativa, continuará la 'generación' progresiva del ente humano. [32]

Téngase en cuenta que, en el individuo, estas almas van sucesivamente corrompiéndose hasta que es creada la que es simultáneamente racional, animal y vegetativa. De tal manera que la sensibilidad en el hombre es específicamente distinta a la del animal, puesto que racional. No es, pues, que se superpongan las almas unas sobre la otra. [33]

Por ello ST defiende coherentemente -y sería bueno retornáramos a dicha concepción- que:

   "es necesario admitir que el alma preexiste en el embrión, primeramente como nutritiva, después como sensitiva y, por último, como intelectiva. [...] Pero, dado que la generación de un ser es siempre corrupción de otro, es necesario decir que, tanto en el hombre como en los animales, al venir una forma superior, se corrompe la forma precedente; pero, de tal manera, que en la forma siguiente queda todo lo que habían en la anterior, más lo que ella trae de nuevo y de este modo se llega, mediante diversas generaciones y corrupciones, a la última forma substancial [...] Por consiguiente debe decirse que el alma intelectiva es creada por Dios al completarse la generación humana, y que esta alma es, a un mismo tiempo, sensitiva y vegetativa, corruptas las formas previas." [34]

Para interiorizarse en la idea completa de Santo Tomás sobre la generación del viviente adulto, vale la pena leer los capítulos 88 y 89 del segundo libro de la Suma Contra Gentiles. [35]

2.4- Es necesario insistir en el último salto -al menos en el pensamiento de Santo Tomás que, quizá, podríamos matizar- que es necesario realizar para llegar al hombre: no solo el que va de la 'virtus' del semen o cigoto hasta el alma animal, sino el que llega al alma racional. Porque esta semilla de ninguna manera puede producir de por sí más que la 'vida nutritiva', dotada de la vis aumentativa, el 'alma vegetal' y el 'alma animal'. De ningún modo el 'alma humana', 'racional':

   "la virtud de la semilla no puede causar el alma racional: mueve a ella solo dispositivamente." [36]

De tal manera que Santo Tomás niega al cigoto incluso la condición de pertenecer, sino reductivamente, a la especie humana:

   "El embrión, antes de poseer el alma racional no es ser perfecto, sino en camino a la perfección: de donde no pertenece al género ni a la especie sino por reducción, a la manera como lo incompleto se reduce al género o a la especie de lo completo." [37]

3. - Apéndice sobre el estar 'en potencia a ser hombre'

Cuestión ulterior será precisar cuándo el cigoto se encuentra en lo que ST, siguiendo a Aristóteles, llama la potencia próxima a lo humano y personal: ¿cuándo la cabeza del espermatozoide penetra la pared del óvulo? ¿cuando funden ambos sus mensajes genéticos? ¿cuando desciende hacia la pared del útero? ¿cuando se implanta? ¿cuando ya no existe posibilidad de gemelización? ¿cuándo un núcleo somático se inyecta en una célula embrional a la cual se le ha extraído el núcleo primitivo? ¿En que tipo de potencialidad se encontraría un núcleo de cualquier célula somática, cuando sabemos que a partir de ella es posible clonar al soma al cual pertenece?

Muy aproximativamente ST se acerca a esta cuestión usando viejas categorías aristotélicas en su Comentario a la Metafísica. Las mencionamos porque pueden ofrecer un punto de partida a la investigación. [38]

   "no en cualquier momento ni de cualquier manera dispuesto algo puede decirse esté en potencia a lo que se producirá a partir de ello. Nunca se podrá decir que la tierra esté en potencia a ser hombre [y sin embargo, piénsese hoy en el 'principio antrópico' o lo que el mismo Santo Tomás en I 63 3 transcribe de San Agustín: "Statim in prima creatione corporalis creaturae inditae sunt ei seminales rationes, omnium naturalium effectum" (super Gen. Ad lit. VIII 3).] Es manifiesto que no; sino que, mejor, ello se dice ser en potencia hombre, cuando de la precedente materia ya está hecha la semilla. Y quizá ni siquiera entonces sea hombre en potencia [...]" (Nótese la vacilación).

Mas adelante, luego de describir qué significa ser potencialmente sano y cómo actualizar la sanidad -o por medio del arte o de la cura fortuita-, pasa a describir de qué modo algo puede estar en potencia a ser actualizado por el arte con el ejemplo de la edificación:

   "La materia está en potencia a ser casa recién cuando nada de lo que hay de material impide que inmediatamente con ella, en una acción, se construya la casa. Ni sea necesario que algo se añada, o se quite, o se mute, antes de que la materia pase a formar parte de la casa. A la manera como es necesario transformar el barro, antes de que de él surjan los ladrillos: o de los árboles sea necesario desbastar algo o armar para que puedan las tablas formar parte de la casa. De donde el barro y los árboles no son casa en potencia, pero si los ladrillos y las tablas ya preparados. Lo mismo en otros órdenes, tanto tengan su principio de perfección afuera, como los entes artificiales, tanto adentro, como los naturales. Y así están en potencia al acto, cuando sin nada que lo impida del exterior, pueden reducirse al acto por los propios principios activos. La semilla (sperma) todavía no está en potencia así. Es necesario, en efecto, que mediante muchas permutaciones, a partir de ella se produzca el alma. Pero, cuando por los propios principios activos, puede llegar a tal, a saber: existir en acto, entonces ya está en potencia."

Esto es importante, por ejemplo, respecto a los embriones congelados. La cuestión moral se plantearía no sólo si son ya personas sino si están en potencia real a ser tales. ¿Es éticamente imperioso a todos ellos implantarlos en alguna matriz e intentar desarrollarlos? ¿Es absolutamente ilícito y criminal descongelarlos? [39]

4- Conclusión y verdadero fundamento de la inmoralidad del aborto

Contrariamente a lo que, pues, suele aseverarse que los actuales datos de la ciencia llevarían a la afirmación de la animación inmediata del embrión, los datos sucintamente expuestos en la primera parte de nuestro artículo correspondientes a afirmaciones científicas -e 'informáticas'- parecerían ser mucho más compatibles, interpretadas desde el plano filosófico y aún teológico, con las tesis sostenidas por Santo Tomás de Aquino, tanto más teniendo en cuenta su posición respecto a la semilla o al 'semen'.

De todos modos, lo que de estas consideraciones queda claro es la ilicitud criminal y espantosa del aborto, que mutila desde el inicio, en un ser que está en potencia a ser hombre y, por lo tanto, un capax Dei, la posibilidad -todo lo aleatoria que se quiera, pero posibilidad al fin- de llegar a ser hijo de Dios y fruidor de la Visión Beatífica. Eso es lo verdaderamente criminal. No simplemente el matar una vida humana. Menos aún, si lo que se mata es solamente el involucro corpóreo, no el alma inmortal, que pasaría, por esa acción occisiva, y recursos salvíficos no ordinarios, directamente, a la Vida Eterna. [40]


Datos bio-bibliográficos

Gustavo Enrique Podestá es sacerdote del clero de la Arquidiócesis de Buenos Aires. Es Doctor en Teología por la Universidad Gregoriana y Profesor Ordinario de Teología Dogmática en la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica Argentina.

Ex párroco de Madre Admirable y Juez del Tribunal Eclesiástico Nacional.

 

Abstract

Mediante un prolijo análisis de textos del Aquinate, leídos a la luz de la Fe (enfoque teológico), pero sin dejar de lado los aportes que las ciencias naturales brindan en estos tiempos, el autor aborda el delicado tema del estatuto ontológico del embrión humano. El suyo es un enfoque netamente "tomista", no sólo porque el pensamiento del Doctor Angélico es traído a colación y empleado constantemente como argumento de autoridad, sino también por la metodología utilizada, pues es sabido que Santo Tomás no temió nunca confrontar los datos de la Fe (que está, no se olvide, en el orden de las virtudes dianoética, bien que teologal) con los de la ciencia de su época.

Sintéticamente, su conclusión es que el embrión, siendo humano, no es persona humana sino en potencia o potencialmente; lo cual, lejos de abrir la puerta al aborto, hace de este crimen algo mucho peor, puesto que impide ab initio toda posibilidad de que ese ser en desarrollo pueda recibir un día la gracia de la filiación divina.

 

Palabras clave

semen (semen, sperm)

cigoto (zygote?

Embrión (embryo)

persona (person)



[1] Cf. p. ej. D. Basso O.P., Nacer y morir con dignidad. Bioética, Buenos Aires, Depalma 19933,504, ver 109-114; N. Blázquez, Bioética fundamental, Madrid, BAC, 1996, ver especialmente 399-406 y la bibliografía allí señalada; Aa Vv., Identidad y estatuto del embrión humano, Madrid, Eunsa, 2000; A. Serani Merlo, El estatuto antropológico del embrión humano, El viviente humano. Estudios biofilosóficos y antropológicos, Pamplona, Eunsa, 2000, 77-92. Una posición matizada y de buena vulgarización científica, puede encontrarse en Vico Peinado El comienzo de la vida humana. Bioética teológica, Santiago, Paulinas, 1999, 255, especialmente en su capítulo primero Comienzo de la vida humana y "estatuto" del embrión 77-115. Véase también J. Gafo, Bioética teológica Bilbao, Comillas, 2003, 184-206.

[2] Véase, al respecto, las interesantes observaciones de Serani Merlo en El genoma humano: mitos y realidades que resume en su afirmación "por esto, resulta equívoco, y más que equívoco, erróneo, afirmar sin más que todo lo que será el organismo adulto se encuentra ya contenido o almacenado en el material genético del huevo fecundado". (68)

[3] III 33 2 ad 3m; cf. II CG 89; De Pot 3 9 ad 9-12m.

[4] Cf. Aunque ya algo obsoleto -pero sobre la materia no hay nada verdaderamente nuevo, a pesar de P. Caspar, Eléments pour une eschatologie du zygote, Revue Thomiste 92 (1992) 460-481- A. Royo Marín O.P., Teología de la salvación, Madrid, BAC, 1959, 134-137.

[5] CCE 356: "Inter omnes creaturas visibiles solus homo capax est «suum Creatorem cognoscendi et amandi» (GS 12); [...] solus ille est vocatus ad vitam Dei, cognitione et amore, participandam. Ad hunc finem creatus est et in hoc fundamentalis habetur ratio eius dignitatis [.]".

[6] Bien lo hace notar ST en su comentario a la Metafísica de Aristóteles cuando compara el papel del semen, del esperma, con el del artífice: "Sperma enim operatur ad generationem, sicut contingit in his quae fiunt per artem. Sicut enim artifex non est actu domus, nec habet formam quae sit domus actu, sed potestate; ita sperma non est animal actu, nec habet animam quae est species animalis actu, sed potestate tantum. Est enim in semine virtus formativa: quae hoc modo comparatur ad materiam concepti, sicut comparatur forma domus in mente artificis ad lapides et ligna: nisi quod forma artis est omnino extrinseca a lapidibus et lignis; virtus autem spermatis est intrinseca" (In Meth 7 8 1451). Habrá obviamente que evitar que esta analogía desemboque en la univocidad. La autoconstrucción o autopoiesis del ser viviente no puede proyectarse homólogamente a la dualidad de constructor y construcción. Véase empero lo que apuntamos en la nota 8 y su referencia al texto.

[7] Cf. R. J Britten.- E. H. Davidson, Gene regulation for higher cells: a theory en Science 165 (1969) 349-357. Citado por la sugerente obra de C. Sagan, Los dragones del Edén. Especulaciones sobre la evolución de la inteligencia humana, Barcelona, Grijalbo, 1979, especialmente en el capítulo 2, 33-65.

[8] "Semen maris, in generatione animalis cuiuscumque, trahit ad se materiam quam mater ministrat, quasi virtus quae est in semine maris intendat sui ipsius complementum ut finem totius generationis; unde et, completa generatione, ipsum semen, immutatum et completum, est proles quae nascitur" (IV CG 45 3818). Sin embargo no es, materialmente, constitutivo del ente concebido -si no Cristo no sería realmente hombre- "semen maris non intrat materialiter in constitutionem concepti, sed est solum activum principium, materia vero corporis tota ministratur a matre" (IV CG 45 3821).

[9] El mismo Santo Tomás, que atribuye al semen las características que hoy la ciencia aplica al cigoto completo, afirma que la madre no presta sólo materia desinformada sino una substancia especialísimamente, "quiddam imperfectum in genere seminis" (III 31 5 ad 3m), apta para la información del agente y que se produce por una segunda "digestión" de la sangre. "ad naturalem modum generationis eius pertinet quod materia de qua corpus eius conceptum est, sit conformis materiae quam aliae feminae subministrant ad conceptionem prolis. Haec autem materia, secundum Ph. (in libro De Generatione Animae l, c. 19) est sanguis mulieris, non quicumque, sed perductus ad quandam ampliorem digestionem per virtutem generativam matris, ut sit materia apta ad conceptum" (III 31 5 c). El menstruo, en cambio, sería el producto de desecho de esta formación: "purgamentum quoddam illius puri sanguinis qui digestione quadam est praeparatus ad conceptum, quasi purior et perfectior alio sanguine". (Ib ad 3m). En su comentario a las Sentencias, ST todavía pensaba que la sangre menstrual era la materia donde se implantaba la semilla paterna.

[10] Al respecto vale la pena citar a Juan Pablo II en su Discurso en lengua francesa a los participantes de la Sesión Plenaria de la Pontificia Academia de las Ciencias, sobre el caso Galileo, del 31 de Octubre de1992:

"[...] L'émergence du thème de la complexité [l'émergence de la complexité en mathématiques, en physique, en chimie et en biologie] marque probablement, dans l'histoire des sciences de la nature, une étape aussi importante que le fut l'étape à laquelle a été attaché le nom de Galilée, alors qu'un modèle univoque de l'ordre semblait devoir s'imposer. La complexité indique précisément que, pour rendre compte de la richesse du réel, il est nécessaire de recourir à une pluralité de modèles.

Ce constat pose une question qui intéresse scientifiques, philosophes et théologiens: comment concilier l'explication du monde -et ceci dès le niveau des entités et des phénomènes élémentaires- avec la reconnaissance de cette donnée que «le tout est plus que la somme des parties»?"

No sería ocioso estudiar este tema de la 'emergencia' acudiendo a las enseñanzas de Santo Tomas sobre los 'mixtos'.

Cf. etiam, en el tema paralelo de la evolución J.M. Maldamé O.P., L'émergence de l'homme comme avénement de l'âme en RT 102 (2002) 73-105.                                                                                                                                                                                                                                                                        

[11] El que pueda ser imposible precisarlo -como bien ha demostrado la imposibilidad de la determinación de todo "comienzo" P. Gibert en Bible, mythes et récits de commencement, Paris, Seuil, 1986, 29-89- no puede hacer decir ligeramente "Lejos de esclarecer el debate, contribuiríamos a oscurecerlo, si recurriésemos a las especulaciones medievales acerca del 'momento' de la animación del feto", como se afirman J.M.Moretti - O. Dinechin, El desafío genético, Barcelona, Herder, 1985, 58, porque, al hablar de la animación sucesiva ST no pretende establecer los momentos de esta sucesión, datos que recoge aproximadamente de la ciencia de su época y en los cuales no todos estaban de acuerdo. El que "el desarrollo del ser humano es un proceso biológico continuo" (Ib p 58) no obsta a la teoría de la animación sucesiva ni de que se trate desde el 'comienzo' de un "ser humano", la cuestión que planteamos es si se trata ya ontológicamente de una 'persona', dotada de una forma substancial 'espiritual' e 'inmortal'.

[12] Citemos los célebres experimentos de Mark Rosenzwig y su equipo en Berkeley, o los de William Greenough en Illinois.

[13] "Frustra autem esset hominis generatio nisi et debita nutritio sequeretur: quia generatum non permaneret, debita nutritione subtracta. Sic igitur ordinata esse seminis debet emissio ut sequi possit et generatio conveniens, et geniti educatio" (III CG 122 2950). Alguna intuición tenía el Aquinate cuando aún a lo materno (entendido como material, no como óvulo) le presta calidad informativa. "sub rationibus seminalibus comprehenduntur tam virtutes activae quam etiam passivae, quae perfici possunt per agentia naturalia; sicut et in generatione animalis semen extento nomine dicitur non solum sperma, sed etiam menstruum" (II S 18 1 2m). En cuanto a una distinción excesivamente tajante en un organismo viviente entre lo substancial y lo accidental valga precavernos el hecho de que la 'dispositio' necesaria a la animación, en tomismo ortodoxo, son sus accidentes 'propios'. Es la 'alteratio' de estos accidentes propios la que encamina a la substancia a la 'generatio-corruptio'(Cf. Gredt, [452] 376).

[14] Cf. C. Paulot, Matière et esprit, Paris, Tequi, 1997, 33-63.

[15] Desde los cuidadosos estudios de R. J. Britten y E. H. Davidson ya es clásica la distinción que, en los seres vivos, se hace entre la información 'genética', la información 'somática' y la información 'extrasomática', todas, finalmente, relacionadas entre si.

[16] No es lo mismo respecto al embrión: no se pude afirmar allí tan ligeramente que ya existe en él substancialmente la persona y que todo lo demás sería mero "desarrollo de sus capacidades", "despliegue de sus posibilidades psicológicas y espirituales" ni, oponiéndose explícitamente a las afirmaciones de Santo Tomás: "El embrión no es una persona humana en potencia, sino un ser humano con potencialidad" N. Blázquez 402. Aunque lo de "ser humano" se lo podríamos aceptar perfectamente, si no identifica el significado de la expresión con el de 'persona'.

[17] "Semen est quod iactum sumitur aut a terra aut ab utero ad gignendum vel fructus vel foetus [.] in utero mulieris susceptus calore quodammodo viscerum et menstrualis sanguinis inrigatione formatur in corpore". San Isidoro de Sevilla, Etimologías T. 2, Madrid, BAC, 19942,l XI n 139 p 36.

[18] "semen maris non est sicut materia in conceptione animalis, sed solum sicut agens, sola autem femina materiam subministrat in conceptu" (III 28 1). "semen, ut dicit Ph. 5 Physicorum, est in genere causae efficientis" (III S 3 5 3). "in naturali conceptione hominis, semen habet rationem activi, et iterum ratione termini, inquantum virtus quae est in semine attrahit sibi id unde nutriatur et in quantitatem perfectam proficiat" (III S 4 1 ad 1m). "Corpulenta substantia ministrata est a matre" (III 9 2 ad 4m).

[19] "semen [...] in potentia ad animam quod animam caret [.] (non) habet speciem humani corporis" (De Pot 3 9 ad 9m). A propósito traducimos en estos pasajes semen por 'semilla' y no por 'semen', que podría dar lugar a confusiones ya que, en el contexto de la ciencia tomista, no significa lo mismo que en nuestros días.

[20] "Anima non est in semine, sed virtus quaedam animae, quae agit ad animam producendam, ab anima derivata" (De Pot 3 12 c). Cf.: "in generatione animalium est determinatus ordo procedendi, quia oportet primum fieri semen et non statim a principio est animal" (In Phys 2 14 264 [4]); "in actu generationis, quia ex anima generantis derivatur quaedam virtus activa ad ipsum semen animalis vel plantae, sicut et a principali agente derivatur quaedam vis motiva ad instrumentum" (I 118 1 c). Cf.: "el ser del material genético [...] es el ser de un instrumento. [...] una estructura más en el organismo, una herramienta a través de la cual el organismo lleva a cabo sus funciones materiales." Serani Merlo 72.

[21] "virtus quae agit ad animam" (De Pot 23 12 ad 6m). Por cierto que posee su propia forma substancial de semilla. También el espermatozoide y el óvulo, defienden tomistas como Gredt, tiene su propia forma substancial, independiente de la de los que engendran: "formas substantiales germinales speciales, . animas imperfectas, . transitoriae". Poseen una "potentia generativa transeunter communicata".[I. Gredt O. S. B., Elementa philosophiae aristotelico - thomisticae, Barcinone, Herder, 196113 n 452] Algo de eso decía ST: "illa virtus habet rationem animae, ut dictum est; et ideo ab ea embryo potest dici animal" (De Anima Prefacio a 11 ad 3m).

[22] "Et si semen esset quasi quoddam parvum animal in actu; et generatio animalis ex animali non esset nisi per divisionem, sicut lutum generatur ex luto, et sicut accidit in animalibus quae decisa vivunt. Hoc autem est inconveniens. Relinquitur ergo quod semen non sit decisum ab eo quod erat actu totum; sed magis sit in potentia totu, habens virtutem ad productionem totius corporis, derivatam ab anima generantis, ut supra dictum est" (I 119 2).

[23] "Prius igitur fuit semen, quod est potentia vivum, quam esset anima, quae est actus vitae" (II CG 83 1658).

[24] "Vivere enim est esse viventis: semen autem ante animationem est vivens solum in potentia, per animam autem fit vivens actu" (II CG 57 14).

[25] "Semen . in potentia ad animam quod anima caret» (De Pot 3 9 ad 9). Cf.: "Ovum est animal in potentia et non est animal in actu" (Her I 9 9). "Ovum, quod est spes animalis" (in Mt 7 5): "In ovo intelligitur spes: ovum enim nondum est fetus perfectus sed fovendo speratur" (in Lucam II 3). Algo parecido a "ille qui semen sparsit in agro nondum habet messem in actu, sed solum in virtute" (II II 62 4 ad 2m). De tal manera es claro que el semen o el huevo no es todavía el animal viviente que ST usa su identificación abusiva como un ejemplo para ilustrar los argumentos falaces: "ovum potentialiter est animal. Ergo est animal. Non sequitur, nam esse in potentia diminuit de ratione eius quod est esse simpliciter." (De fallaciis 3 Prol).

[26] "Anima non est in semine, sed virtus quaedam animae, quae agit ad animam producendam, ab anima derivata" (De Pot 3 12 c).

[27] "Generatio est de substantia generantis in animalibus et plantis, inquantum semen habet virtutem ex forma generantis, et inquantum est in potentia ad substantiam ipsius" (I 119 2 ad 1m).

[28] "Neque tamen potest dici quod in semine ab ipso principio sit anima secundum suam essentiam completam, cuius tamen operationes non appareant propter organorum defectum. Nam, cum anima uniatur corpori ut forma, non unitur nisi corpori cuius est proprie actus. Est autem anima actus corporis organici. Non est igitur ante organizationem corporis in semine anima actu, sed solum potentia sive virtute" (II CG 89 1737. Cf. II CG 86 "Primo quia" 1708).

[29] "cum anima intelectiva sit perfectissima animarum et maximae virtutis, eius proprium perfectibile est corpus habens magnam diversitatem in organis, per quae possunt multiplices eius operationes expleri. Unde non potest esse quod fiat actu in semine deciso" (II CG 86 1708). Cf. también: "Sequeretur, si a principio anima esset in semine, quod, generatio animalis esset solum per decisionem: sicut est in animalibus anulosis, quod ex uno fiunt duo. Semen enim, si statim cum est decisum animam haberet, iam haberet formam substantialem. Omnis autem generatio substantialis praecedit formam substantialem, non eam sequitur: si quae vero transmutationes formam substantialem sequuntur, non ordinantur ad esse generati, sed ad bene esse ipsius. Sic igitur generatio animalis compleretur in ipsa decisione seminis: omnes autem transmutationes sequentes essent ad generationem impertinentes. Sed adhuc magis est ridiculum si hoc de anima rationali dicatur. Tum quia impossibile est ut dividatur secundum divisionem corporis, ad hoc ut in deciso semine esse possit. Tum quia sequeretur quod in omnibus pollutionibus ex quibus conceptus non sequitur, nihilominus rationales animae multiplicarentur" (III CG 89 1738). Esto último puede hoy decirse de todos los cigotos que, a partir de la fecundación, de una u otra manera se frustran.

[30] "Secundum Phillosophum, in libro de Generat. animal. II c 3 736a, in generatione hominis requiritur prius et posterius: prius enim est vivum, et postea animal, et postea homo" (III 33 2 arg 3).

[31] "Propter hoc quod successive corpus formatur et disponitur ad animam: unde primo, tanquam imperfecte dispositum, recipit animam imperfectam; et postmodum, quando perfecte est dispositum, recipit animam perfectam" (III 33 2 ad 3m). Cf. II CG 89; De Pot 3 9 y ad 9-12m.

[32] "postquam autem per virtutem principii activi quod erat in semine, producta est anima sensitiva in generato quantum ad aliquam partem eius principalem, tunc iam illa anima sensitiva prolis incipit operari ad complementum proprie corporis, per modum nutritionis et augmenti. Virtus autem activa quae erat in semine, esse desinit, disoluto semine, et evanescente spritu qui inerat" (I 118 1 ad 4m). "duplex est forma: una quidem perfecta, quae complet speciem alicuius rei naturalis, sicut forma ignis vel aquae aut hominis aut plantae; alia autem est forma incompleta, quae neque perficit aliquam speciem naturalem, neque est finis intentionis naturae, sed se habet in via generationis vel corruptionis. Manifiestum est enim in generatione compositorum, puta animalis, quod inter principium generationis, quod est semen, et ultimam formam animalis completi, sunt multae generationes mediae [.]; quas necesse est terminari ad aliquas formas, quarum nulla facit ens completum secundum speciem, sed ens incompletum, quod est via ad speciem aliquam. Similiter etiam ex parte corruptionis sunt multae formae mediae, quae sunt formae incompletae" (De gener. et corruptione I 8 60 [3]).

[33] "dicendum est, quod generatio animalis non est tantum una generatio simplex; sed succedunt sibi invicem multae generationes et corruptiones. Sicut dicitur quod primo habet formam seminis, et scundo formam sannguinis,et sic deinceps quousque perficiatur generatio. Et ideo cum corruptio et generatio non sint sine abiectione et additione formae, oportet quod forma imperfecta quae prius inerat abiiciatur et perfectior inducatur; et hoc quousque conceptum habeat formam perfectam. Et ideo dicitur quod anima vegetabilis prius est in semine; sed illa abiicitur in processu generationis, et succedit alia, quae non solum est vegetabilis, sed etiam sensibilis. Ad istam iterum additur alia quae simul est vegetabilis, sensibilis et rationalis" (De Anima Pref a 11 ad 1m). "anima cibativa, postea sensitiva" (ib arg 8).

[34] "dicendum est quod anima praeexistit in embryone a principio quidem nutritiva, postmodum autem sensitiva, et tandem intellectiva. [...] Et ideo dicendum est quod, cum generatio unius semper sit corruptio alterius, necesse est dicere quod tam in homine quam in animalibus aliis, quando perfectior forma advenit, fit corruptio prioris: ita tamen quod sequens forma habet quidquid habebat prima, et adhuc amplius. Et sic per multas generationes et corruptiones pervenitur ad ultimam formam substantialem, tam in homine quam in aliis animalibus [.] Sic igitur dicendum est quod anima intellectiva creatur a Deo in fine generationis humanae, que simul est et sensitiva et nutritiva, corruptis formis preaeexistentibus" (I 118 2 ad 2m. Cf. II CG 88; De Pot 3 9).

[35] Cf. también II S 18 2 3. Y la descripción de la transformación de la semilla en feto que, según las categorías científicas de su tiempo, aceptaba S. T  (III S 3 5 2 c): Leche -primeros seis días-; sangre -hasta el noveno-, solidificación en carne -el 12-; "perfecta membrorum lineamenta" -el 18-. Ciertamente que, a esto, la embriología contemporánea puede aportar algo más exacto.

[36] "virtus seminis non potest causare animam rationalem: movet tamen ad ipsam dispositive" (I II 81 1 ad 2m); "semen corporale . sua virtute non efficit animam rationalem, sed ad eam disponit" (I II 83 1 ad 3m). Cf. II 86 3: "Virtus anim activa quae est in semine, agit ad generationem animalis transmutando corpus: non enim aliter agere potest virtus quae est in materia. Sed omnis forma quae incipit esse per trasnmutationem materiae, habet esse a materia dependens: transmutatio enim materiae reducit eam de potentia in actum, et sic terminatur ad esse actu materiae, quod est per unionem formae; unde, si per hoc etiam incipiat esse formae simpliciter, esse formae non erit nisi in hoc quod est uniri materiae, et sic erit secundum esse a materia dependens. Si igitur anima humana producatur in esse per virtutem activam quae est in semine, sequitur quod esse suum sit dependens a materia, sicut esse aliarum formarum materialium. [.] Nullo igitur modo anima intellectiva producitur in esse per seminis traductionem». También: «Corpus igitur hominis formatur simul et virtute Dei quasi principalis agentis et primi, et etiam virtute seminis quasi agentis secundi: sed actio Dei producit animam huanam, quam virtus seminis producere non potest, sed disponit ad eam" (II CG 89 1749; cf. De Pot 3 10). Asimismo "pro tanto in homine non est duplex esse, quia non est sic intelligendum corpus esse a generante et animam a creante, quasi corpori acquiratur esse separatum a generante, et separatim animae a creante; sed quia creans dat esse animae in corpore, et generans disponit corpus ad hoc quod huius esse sit particeps per animam sibi unitam" (De Pot 3 9 ad 20).

[37] "Embryo antequam habeat animam rationalem non est ens perfectum sed in via ad perfectionem: unde non est in genere vel specie nisi per reductionem sicut incompletum reducitur ad genus vel speciem completi" (De Pot 3 9 ad 10m). La semilla solo apunta a la naturaleza humana; la carne ya perfeccionada, en cambio, está determinada a la persona. De allí que pueda el pecado original ser peccatum naturae y transmitirse por la semilla; de ninguna manera el peccatum personae: "semen est principium generationis, quae est proprius actus naturae, eius propagationi deserviens. Et ideo magis inficitur anima per semen quam per carnem iam perfectam, quae iam determinata est ad personam" (I II 81 1 ad 4m).

[38] Citamos algo más largamente que en el fragmento traducido en el texto: -1832-"non enim quandocumque, et qualitercumque dispositum, aliquid potest dici esse in potentia, etiam ad id quod fit ex eo. Nunquam enim poterit dici, quod terra sit in potentia homo (y, sin embargo, piénsese hoy en el 'principio antrópico). Manifestum est enim quod non; sed magis tunc dicitur esse in potentia homo, quando ex praecedenti materia iam factum est sperma. Et forte neque adhuc est in potentia homo ... (nótese la vacilación) ... -1834- Dicit ergo, quod non quicumque vel in qualibet dispositione existens, sanatur a medicina vel a fortuna; sed est aliquod possibile in determinata dispositiiione, quod sanetur vel a natura vel ab arte. Quibuslibet enim activis respondent determinata passiva. Illud autem possibile, quod unica actione natura vel ars potest in actum sanitatis reducere, est sanum in potentia. -1835- Et ut plenius cognoscatur, subiungit definitionem huius possibilis, et quantum ad operationem artis, et quantum ad operationem naturae. Dicit ergo quod est possibile, quod ex potentia ente, ens fit actu ab intellectu, sine arte. Terminus enim, idest definitio est quando statim cum vult artifex facit id esse actu, si nihil exterius prohibeat. Et tunc potentia dicitur essse sanum, quia per unam operationem artis fit sanum. In illis autem, quae sanantur per naturam, dicitur esse alliquid in potentia sanum, quando non est aliquid prohibens sanitatem, quod debeat moveri vel transmutari prius quam intrinseca virtus sanans effectum habeat in sanando. -1836- Et sicut diximus de sanatione quae fit ab arte, ita potest dici de aliis quae per artem fiunt. Nam tunc materia est in potentia domus, quando nihil eorum quae sunt in materia, prohibet domum fieri statim una actione, nec est aliquid quod oporteat addi, vel auferri, vel mutari, antequam materia frometur in domum. Sicut lutum oportet transmutari, antequam ex eo fiant lateres: ex arboribus autem oportet aliquid auferri per dolationem, et addi per compaginationem, ad hoc quod componatur domus. Unde lutum et arbores non sunt potentia domus, sed lateres et ligna iam praeparata. -1837- Et similiter est in aliis; sive habeant principium perfectionis extra, sicut sunt artificialia; sive intra, sicut naturalia. Et tunc semper sunt in potentia ad actum, quando nullo exterius prohibente, per proprium principium activum possunt reduci in actum. Tale autem nondum est sperma. Oportet enim quod mediantibus permutationibus multis ex eo fiat anima. Sed quando iam per proprium principium actiivum potest fieri tale, scilicet actu existens, tunc iam est in potentia. -1838- Sed illa, quae oportet transmutari antequam sint statim reducibilia in actum, indigent alio principio activo, scilicet praeparante materiam, quod interdum est aliud a perficiente, quod inducit ultimam formam. Sicut patet quod terra nondum est in potentia statua; non enim una actione nec uno agente reducitur in actum; sed prius per naturam transmutatur, et fit aes, et postea per artem fit statua" (In Meth 9, 6 2-7).

[39] Sobre una declaración del Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal Francesa: "Le texte du Conseil permanent n'évoque pas le devenir des embryons surnuméraires en cas de fécondation in vitro, sauf pour en refuser la congélation ou les manipulations. Mais alors, que faire de ces embryons qui sont des vies en sursis ? Cette situation montre combien la congélation est un acte grave, qu'il conviendrait d'éviter. La bonne issue est le transfert des embryons chez la femme de qui provient I'ovule. Si cela est jugé impossible, on cherchera une issue de "moindre mal". Les théologiens hésitent. On a cité le père Verspieren pour qui, dans cette impasse, l'issue la moins irrespectueuse est d'arrêter la congélation de ces embryons et de "Laisser s'éteindre leur vie". Issue qui, je crois, est également proposée dans le judaisme." (Posición del Padre Olivier de Dinechin, Le Figaro 25 janvier 1989. Citado por L'homme nouveau 6 Fevrier 1994 p. 13)

[40] No es ocioso recordar que, aunque el Magisterio y la ética postulen que, desde el mismo momento de la concepción, se trate al cigoto como persona humana -tamquam persona CCE 2274-, intenten tutelar sus derechos como tal -agnosci debent personae iura CCE 2270- y condenen al aborto como delito detestable, expresamente no ha querido, el primero, pronunciarse sobre el estatuto ontológico del embrión:

"Ciertamente ningún dato experimental es por sí suficiente para reconocer un alma espiritual... El Magisterio no se ha comprometido expresamente con una afirmación de naturaleza filosófica, pero repite de modo constante la condena moral de cualquier tipo de aborto procurado. Esta enseñanza permanece inmutada y es inmutable." (Congregación para la Doctrina de la Fe Donum vitae 79 [D(H) 4793]).

Cf. etiam la deliberada distinción que Evangelium Vitae hace entre el aborto, "innocentis hominis occisio" (DH) 4992) y la eutanasia, "necatio personae humanae" (ib 4993). Es verdad que, recientemente, la Declaración de Buenos Aires del III Encuentro de políticos y legisladores de América de 1999, convocados por el Consejo Pontificio de la Familia n. 11 (Enchiridion de la familia 3032) advertía sobre la discriminación que supone, en algunas legislaciones, distinguir entre "ser humano y persona", pero ello se refiere solo al plano ético, jurídico y prudencial no al ontológico.

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