CREACIÓN, METAFÍSICA CRISTIANA Y NUEVA ERA
Pbro. Gustavo E. PODESTÁ

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2. La "Nueva Era"

2.3. La Metafísica científica de Fritjof Capra (11)

2.3.1. Pero, para quien considere que el lenguaje científico es el único vehículo serio de la sabiduría, quizá lo más adecuado para interiorizarse en las utopías de la nueva era, sea la lectura de Fritjof Capra, doctor en ciencias físicas por la Universidad de Viena y autor del célebre libro "El Tao de la física".

Allí, desde la relatividad y la teoría cuántica, pretende justificar los asertos de la New Age, al mismo tiempo que la pone en contacto con la antigua sabiduría oriental.

En efecto, el Tao, que se traduce "camino", es el modo correcto de vivir del -por ello- llamado Taoísmo , una de las más extendidas corrientes del antiguo pensamiento chino.

El Tao sería como el principio espiritual ordenador del mundo, de la materia. Y el comportamiento humano ideal, según el taoísmo, sería no perturbar este orden, este 'camino', y ponerse en consonancia con él.

2.3.2. En realidad el taoísmo no es nada original, salvo en sus ritos y magias concretas o su lenguaje: es una de las tantas formas de la antigua Metafísica 1, o gnosis (12), que identificaba al universo con el todo, con Dios, y lo distinguía en dos partes: una , ordenadora, paterna, espiritual; la otra caótica, femenina, material.

Es el antiguo cosmos divinizado de los griegos, formado por el ‘cielo padre' y por la ‘tierra madre'. O, dicho en términos platónicos o aristotélicos, formado por el alma del mundo y por su materia; a imagen de lo cual está hecho el hombre, también formado por alma y cuerpo.

Según el taoísmo -pero también según todas las gnosis, incluyendo desde el hinduismo, al Budismo y la gnosis de Platón o Aristóteles - el hombre, por medio de la contemplación, de la inteligencia, es capaz de identificarse con esta alma del mundo y hacerse uno con ella. Y. como esta alma del mundo es única y eterna, así cada alma humana -que no sería más que una partícula de aquella- se reintegraría, lejos de la multiplicidad de la materia, con esta serena unidad celeste, logrando así salir del karma , del samsara, del sufrimiento... Porque la apariencia de desorden del mundo viene solo de la multiplicidad de la materia, de lo corporal; pero, en el fondo, el mundo está unificado en su alma, en su Tao y allí debe el hombre dirigir su mirada y sus deseos para alcanzar la paz, la felicidad.

2.3.3. Capra afirma que la ciencia moderna, como el antiguo taoísmo, en las profundidades de la materia descubre esta unidad, más allá del tiempo y del espacio, cuando, pasado el límite de Planck, nada se puede ubicar ni medir y todo se reduce a la pura energía, el fondo desubicado del todas partes . Esto es lo que hace que todo esté unido y conectado y en relación recíproca: el principio holístico, como lo llama y, al mismo tiempo, que el todo esté reproducido en cada una de sus partes. En esta energía, pues, radica la profundidad del ser. Lo que nosotros percibimos extendido en la cuatridimensionalidad de nuestros sentidos es solo la superficie complicada de las cosas. Solo en el retorno meditativo a la simplificación en lo profundo encontramos la verdad del despliegue espacio-temporal externo; el repliegue o la simplificación de lo múltiple en la fuerza de la energía una y única.

Algunos textos de Capra:

"En la tradición hindú está el mito de que Dios creó el mundo y después se olvidó de quién era. Y como nosotros somos la creación, la liberación o moksha, es recordar que en realidad somos Dios. Tat tvam, así es. Pienso que uno podría llamar a eso revelación. Si recuerdo mi verdadera naturaleza en la meditación y redescubro mi naturaleza divina, entonces mi ser más profundo me revela algo."

"Esto tiene que ver con la noción budista e hindú de recordar quiénes somos en realidad. Por ejemplo, un koan Zen dice: "¿Cómo era tu rostro antes de que fueras concebido?".

"No se medita para llegar a ser Buda. Se medita porque se es Buda"

2.3.4. En realidad, pues, nada original: lo que se dijo siempre en las antiguas y modernas pseudoreligiones que no han descubierto o se niegan a admitir que exista un Creador -la Metafísica 1 - y, por ello, han de identificar al cosmos con lo divino.

Pero, como decíamos, no es necesario introducir términos chinos para decir las mismas cosas de siempre. Una filosofía más afín a nuestro lenguaje occidental, pero que afirma lo mismo que todas las gnosis, incluido el taoísmo, es, por ejemplo, el estoicismo. Los estoicos afirmaban también que el universo, lo único existente, era como un ser animado compuesto por dos principios: el celeste y el terrestre, el alma y el cuerpo: al cuerpo del cosmos lo llamaban tierra o materia; al alma la llamaban el logos en griego o el verbo en latín. Como Vd. ven el mismo término que utiliza Juan en el prólogo de su evangelio para mostrar quien es Jesús.

Es que, precisamente, la Nueva Era se propone, en su afán holístico, lograr la unificación de las religiones, aún usando, para hablar a los católicos, su mismo lenguaje cristiano. Pero, entonces, el Dios judeo cristiano sería la energía cósmica; Cristo sería Dios ciertamente, pero tan dios como una divinidad hindú, o como un gurú o como un Mahatma Ghandi o un bodhisathva. También hablaría de creación, pero esta creación no sería sino la emanación o despliegue de la energía cósmica, la historia del mismo Dios confundido con el cosmos; la bondad se confundiría con la salud psicológica y la salvación no sería sino la realización de uno mismo, por si mismo, donde el Yo profundo es el Uno divino, y donde la caridad cristiana es idéntica a la compasión budista.

(11) Fritjof Capra es, desde 1966, doctor en Física por la Universidad de Viena. Su primer libro fue, en 1975, El Tao de la física . En 1982 escribe El punto crucial y, en 1988, Sabiduría insólita . Es interesante su última publicación, en 1991, un diálogo con dos monjes católicos, e interesantes precisiones y, a la vez, aproximaciones: Pertenecer al Universo. La nueva ciencia al encuentro de la Sabiduría , Planeta, Buenos Aires, 1993 .

(12) Ya es momento de introducir este término. La metafísica 1 es llamada, en general, " gnosis " porque afirma, consecuentemente a sus principios, que el hombre se realiza como tal cuando se da cuenta, conoce, por si misma o, más generalmente, guiada por un Maestro o Gurú, que en su intimidad es Dios. Al darse cuenta de que es Dios, alcanza el verdadero "conocimiento" -"gnosis", en griego-.

 

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