1980- Ciclo C
LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR
18-05-80
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 24,46-53
Y añadió: "Así estaba escrito: el Mesías debía sufrir y resucitar de entre los muertos al tercer día, y comenzando por Jerusalén, en su Nombre debía predicarse a todas las naciones la conversión para el perdón de los pecados. Ustedes son testigos de todo esto. Y yo les enviaré lo que mi Padre les ha prometido. Permanezcan en la ciudad, hasta que sean revestidos con la fuerza que viene de lo alto". Después Jesús los llevó hasta las proximidades de Betania y, elevando sus manos, los bendijo. Mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo. Los discípulos, que se habían postrado delante de él, volvieron a Jerusalén con gran alegría, y permanecían continuamente en el Templo alabando a Dios.
SERMÓN
Hoy en día, a los zurdos no se les obliga, como antes, a escribir con la mano derecha ni usar a ésta como lo hace el resto de los mortales. Los psicólogos afirman que proceder así les produce serios traumas. En otras épocas, en cambio, les compelían a ello y hete aquí al pobre zurdo tratando de usar su derecha para todo aquello en que más le hubiera valido utilizar su bien mejor dotada izquierda. ¡Imagínense Vds. si, desde chico, hubieran obligado a Guillermo Vilas a jugar al tenis con su derecha! Pero así eran las vetustas normas de la antigüedad, de tal manera que el pobre zurdo, obligado a usar su torpe derecha, hacía siempre figura de desmañado, de chapucero. ¡Cómo no iba a traumarse! De tal manera que izquierdo, zurdo o 'sinister' -en latín-, pasó a significar inhábil, inexperimentado, lelo.
Pero la izquierda, ya de por sí, significaba, aún entre los normales, 'debilidad'. Porque 'zurda' -la mano zurda- parece venir, transformada la 's' en 'z', del latín 'surda', en español 'sorda'. La 'mano que no oye', que no obedece. La mano ' stanca' , cansada, la llaman los italianos. La ' seneca' en provenzal, que quiere decir la vieja, la débil. En francés la ' gauche' , la torcida. En portugués. la mano ' canha' : la coja, la manca, la renga. Y, en inglés, ' left' ; de ' leave', la dejada, la fatigada. De tal modo que 'izquierdo' -a su vez de un término pre ibérico probablemente formado de esku (mano) y del céltico kerros (torcido)- y 'siniestro' -su sinónimo latino, proveniente del nombre del pliegue de la toga que caía por el hombro del lado del corazón, ' sinus' - pasó de ser término puramente posicional a tener un significado peyorativo, negativo. ' Sinistra natura' , 'perversa naturaleza', dice Quinto Curzio. 'Sermo sinister' , 'maledicencia', dice Tácito . ' Matrona studiosa sinistri' , 'mujer inclinada al mal', dice Ovidio .
A dar un matiz todavía más desgraciado a la palabra izquierdo o siniestro, contribuyeron los griegos. Porque, para los romanos, ver volar un ave hacia la izquierda era un buen presagio. Pero, para los griegos, al revés: había que parar el negocio, la marcha, la batalla. De tal modo que cuando Roma conquista el mundo heleno, ante la superioridad cultural de Grecia, adopta sus costumbres y aún sus supersticiones y condena a la izquierda, ya sin vuelta de hoja, a su triste papel de siniestra. " Sinister volatus avium " para Plinio todavía significa buen presagio; para Ovidio es ya ominoso.
Augur romano
Y esto es tan así que, en épocas modernas, dicha concepción prejuiciosa, impuso el 'cambio de mano' a la derecha. Los ingleses no tan supersticiosos o, por lo menos, más tradicionalistas que supersticiosos, conservan aún la mano izquierda. Que como Vds. saben nace de la espada y del caballo. Claro: como el sable ha de llevarse a la izquierda -para poder desenvainarlo más fácilmente con la derecha- no hay más remedio que subir al caballo montando por la siniestra, para no tener que pasar la espada por encima de la montura. Y, como se monta desde el borde del camino, desde la vereda -no desde el centro- la tendencia lógica es conservar la izquierda. Posición y dirección en que estaba la cabalgadura cuando se montó. Cuando llegó la era del tren y del automóvil los ingleses no pensaron en cambiar sus costumbres y de esa época todavía nos quedan a los argentinos nuestro trenes y subterráneos -empresas creadas por británicos- circulando por la izquierda. Pero los yanquis en cuanto dejaron la espada y el caballo volvieron a recordar que el lado izquierdo era de mal agüero y como, además, espontáneamente la gente sencilla siempre circulaba por la derecha, impusieron a la larga -con sus autos de volante a la izquierda- la mano derecha para todo el mundo. Menos para los ingleses, se entiende.
Thomas Gainsborough (1727 - 1788)
Caballero inglés
A pesar de su campaña por volver a prestigiar a la pobre izquierda o siniestra, los comunistas no han podido erradicar de la herencia lingüística de los pueblos su significado maligno; y yo diría, más bien, que lo han intensificado. Porque la verdad sea dicha no hay nada más siniestro que las izquierdas.
Desde la época de Robespierre la política siempre ha ubicado en la 'izquierda' personajes malévolos -Lenin, Stalin, Tito, Mao, Che Guevara, Castro-. Con lo cual la derecha ha salido aún más prestigiada que en la antigüedad.
Ella es la mano fuerte, la mano hábil, la mano que empuña la espada. La diestra es la que toma la pluma, maneja el pincel. Y así diestra, 'diestro', pasa a ser sinónimo de experimentado, inteligente, rápido.
Pero, sobre todo, 'derecha' connota fuerza, decisión, poder y, de allí, hombría, virilidad.
Cuando se casan el varón se coloca a la derecha de la novia frente al altar y, cuando se prometen en matrimonio, se estrecha no la mano izquierda, la del corazón, la débil, la de las pasiones, la zurda, la del amor bobo, sino la derecha, la de las decisiones nobles, no sujetas a los vaivenes siniestros del débil corazón, sino a la fuerza del honor y de la palabra viril.
Por eso, también, nos damos la derecha cuando nos saludamos en señal de amistad. Dar la izquierda sería signo de intenciones torcidas, de desconfianza, como para tener libre la derecha y poder sacar el puñal o la espada.
Y, así, siendo la diestra, la derecha, la mano fuerte, potente, guerrera, en la Biblia se transforma en símbolo de poder. La derecha o la diestra de Dios es sinónimo de su poder, de su palabra sin retorno. Y así canta Moisés después de pasar el Mar Rojo: "Tu derecha, Yahvé, relumbra por su fuerza; tu diestra, Yahvé, ha aplastado al enemigo". Y el Salmo 20, hablando de la protección de Dios a David afirma: " Yahvé dará la salvación a su Ungido con las proezas victoriosas de su diestra ".
Esta simbología se traslada al nuevo Testamento: Pedro, en un discurso de los Hechos de los Apóstoles dice: " A este Jesús, Dios lo resucitó y fue exaltado por la diestra de Dios ".
Pero, porque la mano, el brazo derecho, es el brazo de la espada, de la fuerza, tanto entre los babilonios, como entre los egipcios, griegos y romanos, poner a alguien 'a la derecha' del rey o del jefe de familia, en la sala del trono, o en un banquete o caminado, era colocarlo bajo su protección .
La mano derecha protege a quienes se hallan en ese lugar. A los emperadores asirios siempre se los figura sentados a la derecha del dios Asur y esto no quiere decir otra cosa sino que derivan su poder y su imperio del poder y la fuerza misma del dios que los protege, precisamente con su derecha.
Estar 'sentado a la derecha de Dios' significa participar de su poderío, de su dominio, de su imperio. Así los visires se sientan a la derecha de los califas, compartiendo subordinadamente su autoridad.
Y por eso en el salmo 110 Yahvé dice al Mesías, al rey que gobierna a los israelitas en su nombre: " Siéntate a mi derecha, hasta que yo haga de tus enemigos el estrado de tus pies ".
Y por ello hoy, hablando de la Ascensión, hemos escuchado a Pablo escribir a los Efesios: "La fuerza poderosa de Dios resucitó a Cristo de entre los muertos y lo sentó a su derecha en el cielo" utilizando así el lenguaje simbólico del AT que nosotros seguimos usando en nuestro Gloria y Credo: "Está sentado a la derecha del Padre".
Vean como la Escritura, para hablar de la promoción de Cristo al señorío, lo hace con tantas líneas simbólicas distintas, como si una solo no alcanzara a expresar la densidad sublime del hecho: 'ascender', 'subir', 'ser exaltado', 'elevado', 'ir al cielo'. También: 'sentarse a la derecha de Dios'.
Esto es pues lo que expresa y conmemora la solemnidad de la Ascensión, explicitando el hecho de la Resurrección: la promoción de la naturaleza humana de Cristo a la categoría, al nivel, de la divinidad. Hoy se completa el sentido de la Pascua: Cristo no solo ha vencido a la muerte, ha resucitado, sino que, en su parte humana, ha sido elevado a la Vida Divina.
John Singleton Copley (1737-1815)
Todo el poder del Padre le es dado a Jesús de Nazaret, a la carne surgida del seno de María. El Verbo no ha debido despojarse del cuerpo débil de Jesús para volver a su existencia trinitaria, sino que, desde esa existencia que nunca abandonó, llama y transforma también a la parte humana de Cristo en divina y dispensadora de poder y de gracia. Como Gran Visir de Dios, sentado a su derecha.
Pero también a nosotros, si lo merecemos, cuando venga a juzgar como Rey a todo el universo -según las imágenes de San Mateo- nos sentará a su derecha: "Venid benditos de mi Padre ( ) Y pondrá a las ovejas a su derecha y a los cabrones a la izquierda" Triste destino de los zurdos.
Y así la Ascensión, por la cual increíblemente nuestra naturaleza humana 'se sienta a la derecha de Dios', accede a lo divino, se transforma, es prenda y promesa de que también podrá cumplirse en nosotros, por el poder de Cristo, lo que canta el Salmo 16: "Señor, me enseñarás el camino de la vida:/ delante de tu rostro, hartazgo de alegrías / a tu derecha, delicias para siempre"