Escritos parroquiales
Pbro. Gustavo E. PODESTÁ

Número: 8
NOVIEMBRE, 1995

CRISTO REY

Aunque estamos todos esperando fin de Diciembre para celebrar el año nuevo, en realidad la liturgia tiene sus propios tiempos. De hecho, el último domingo del año es el 26 de noviembre, solemnidad de Cristo Rey.

Es por ello que, desde el siglo IX, se asocian a Noviembre esas conmemoraciones que, como la de todos los Santos y la de los Fieles Difuntos, hablan de las realidades últimas hacia las cuales se encamina todo el movimiento de la historia de nuestras propias vidas.

Es en la Iglesia triunfante donde se plenifica y alcanza sentido definitivo la creación, la evolución de la materia y el decurrir del tiempo del hombre. La Iglesia militante -nosotros, en nuestra cristiana milicia- no es sino el paso donde, mediante la libertad de cada uno, se asimila o no la obra de la Redención , para alcanzar así nuestra definitiva realización o nuestro irreparable fracaso.

Pero es la Iglesia triunfante, la de aquellos que, junto a Cristo y María, alcanzan su última transformación y son coronados con la gloria, la que muestra qué es lo que Dios ha querido crear cuando lanzó de la nada espacio y tiempo para que en él se gestara el Hombre nuevo que habría de darse a luz mediante el renacer de la Pascua.

Allí reina soberano, junto a María, Cristo, Señor del Universo. Precisamente todos aquellos que durante esta pasajera existencia hayan aceptado su soberano querer en este mundo, alcanzarán en la vida futura la plenitud del Reino.

La Iglesia triunfante, cuya cabeza es Jesucristo, Rey del Universo, aparece pues, en esta última etapa de nuestra liturgia anual, como un llamado a la esperanza, al mismo tiempo que reaviva en nosotros la conciencia de nuestra vocación de cristianos, llamados a "conocer, amar y servir a Dios en esta vida, y gozarlo para siempre en la eternidad".

Menú ...... Inicio