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Sermones de Cuaresma

Pbro. Gustavo E. PODESTÁ


Adviento


1995 - Ciclo B

DOMINGO DE RAMOS EN LA PASIÓN DEL SEÑOR

SERMÓN

Se acabó el secreto, la prudencia, el cálculo; ya no mandará a los discípulos que callen, ni a los demonios que no proclamen quién es, es el momento de manifestarse plenamente al mundo, de vocear a los cuatro vientos su prosapia y su derecho al trono. Envía a sus nuncios a requisar cabalgadura, sus seguidores la enjaezan con sus propias vestiduras, sus vasallos tapizan su camino con alfombras de mantos y de túnicas, los súbditos aplauden entusiasmados a su rey, los soldados agitan sus armas y sus palmas, y cantan el antiguo himno real: God save the King, Bendito sea el Rey que viene en nombre del Señor...

Y él, finalmente, llega, por la misma ruta de David, desde el monte de los olivos, por donde arriban todos los peregrinos que por la calzada romana que parte de Jericó se abren al espectáculo en blanco mármol y dorados techos de la ciudad amada, la que conquistara David con su propia espada para si y para sus descendientes.

Pero algunos fariseos se asustan. Ellos, que saben de política, y usan de la prudencia con los romanos, de los halagos con el César, de las agachadas y dádivas con Herodes, que conocen del poder de los banqueros saduceos y de las intrigas de los grandes sacerdotes y de los lobbies del sanedrín y del senado, y los humores cambiantes de la masa y de sus caudillos demagogos... ellos se dan cuenta de la imprudencia del monarca galileo, más: de la casi ridícula desproporción de sus partidarios para la empresa; incluso, gráficamente, de su pequeñez irrisoria frente a esa imponente muralla de ochenta metros de altura y cinco de ancho que rodea a Sión... Saben que una vez transpuestas las puertas de Jerusalén el pequeño grupo se perderá: lo tragarán, en el hormiguear de transeúntes y peregrinos; que el vocerío, griterío y alborozo de ese puñado de partidarios de Cristo, será silenciado en las calles abarrotadas de la urbe, apagado por el reclamo de los cambistas, las ofertas de los vendedores, las órdenes de los soldados y policías, el vociferar de los políticos, los glorias y aleluyas de los predicadores, el traquetear de los carruajes, el berrear de los artistas callejeros, la palinodia de los pordioseros, la oferta impúdica de las prostitutas...

Pero Jesús ya está jugado... Y no hay ya ningún cálculo que hacer; ya sabe que dirigentes, sacerdotes, financistas, sindicatos, comerciantes, intelectuales, periodistas, masa, no lo aceptarán; ya no puede dilatar por falsas prudencias humanas el rechazo que lo mismo tarde o temprano se producirá...

El viene a dar testimonio de la verdad, y aunque su minúsculo grupo de seguidores no lo vitoreara, como pretenden acallarlos los fariseos, las mismas piedras gritarían.

Y sí que gritarán: esas murallas ciclópeas de Herodes, templo, palacios, todas sus piedras, gritarán, aullarán, demolidas, saqueadas, violadas, destruidas por la implacable maquinaria de guerra de los romanos ¡ciudad que no has sabido recibir a tu Rey, a tu pastor...!

Hoy, nosotros también, vitoreamos en esta Misa a nuestro Señor, a nuestro Rey. Luego, con nuestro pequeño ramo, olivo, saldremos a las calles de la ciudad; el olivo amarilleará poco a poco detrás del crucifijo, del cuadro, de la estampa... También nosotros nos perderemos en el porteño trajín, y quizá, incluso, decidamos seguir el consejo de los fariseos: ocultar, disimular, nunca enfrentarnos con los demás, sonreír al de arriba, ser cómplices con nuestro callar, disimular nuestra condición cristiana, transigir, pactar. Sí, me meteré en el ruido del negocio, del estudio, de las fiestas, de las reuniones, de las preocupaciones de cambistas y comerciantes, y ya no veré más a Jesús, perdido en la multitud, Florida, Santa Fé, microcentro, discoteca, televisión...

Y quizá algún día, distraído, lea, en la cuarta o quinta página de los diarios, entre otras tantas noticias mucho más importantes, de recesión, de inflación, de goles, de desvío de armas, de desfiles de modas, de amores de la vedette:

"el Ministerio del Interior comunica que el pequeño grupo subversivo que intentó alterar las conmemoraciones pascuales ha sido disperso y su jefe, ajusticiado, y que la ciudad y las conciencias gozan de plena tranquilidad"

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